viernes, 17 de mayo de 2024

Alta, Altísima Fantasía Medieval

Ciudades atestadas de torres enclavadas sobre islas flotantes o al borde de abismos rodeados de extraño fulgor. Duelos de hechiceros donde la magia es capaz de convertir un castillo en un cráter y una península en una isla. Elfos, dueños de arcanos secretos capaces de hacerles viajar entre místicas lunas errantes sobre fosforescente brillo estelar. Gestas donde el caballero embutido en su armadura se mueve a merced de los dioses entre planos demoníacos…

 
-Arte de Clyde Caldwell-

Infinitas posibilidades se nos abren en el mundo de la alta fantasía. Un género que disfruto como un crío con más pelo que un ewook renegado a día de hoy. No hago criba alguna en los diferentes terrenos llenos de bruma en que se mueve la fantasía y sus muy diversas formas. Quizás de niño lo disfrutaba con una plenitud y sinceridad que a día de hoy sólo puedo emular, pero a veces logro dejar atrás ciertas partes del dictador “adulto” de mi trastienda mental y consigo adentrarme en una historia enmarcada en un entorno de alta fantasía medieval. Es en esos escasos momentos cuando se conjugan las lunas, y al cerrar el libro o terminar la película, me quedo con una sensación de paz y placer casi… ¿casi mística?

No recuerdo ahora donde oí que Dragones y Mazmorras era la Tierra Media escrita por guionistas de Marvel. Y en parte es así, al menos, la parte más loca del escenario que  construyen en sus páginas todos los que ponen su grano en los terrenos de la alta fantasía. Ya que los dramas de sus personajes son esbozos más o menos elaborados en comparación con otras historias donde profundizan en la psique de los seres que pululan por sus respectivos mundos. Pero ese no es el pilar más fuerte de la alta fantasía. Su fuerza radica en el golpe de efecto continuo de sus vastos universos totalmente desbordados de imágenes evocadoras (a veces demasiado, pero es parte de su carisma), y variopintos personajes, muchos dirán arquetípicos y más que trillados, pero tan sólo se valen de las herramientas clásicas de las historias más primigenias. Una herramienta, como tantas otras de las que se nutre este género para proyectar la emoción adecuada. Lugares que nos son comunes pero llevados siempre al límite y un poco más allá.

Terry Goodkind, el Hombre que Creía en la Magia

“… a dos personas muy singulares, Richard y Kahlan, por escogerme a mí para

contar su historia. Sus sufrimientos y sus éxitos me han llegado muy hondo.

Nunca volveré a ser el mismo. ”

-Dedicatoria publicada en la novela, El Libro de las Sombras Contadas, en referencia a dos de sus protagonistas principales.

Terry Goodkin, es probablemente de los últimos escritores que aún venden libros (pero sin contar ya con el autor, desgraciadamente fallecido hace más de un año, a los 72 años) de fantasía de una manera masiva, siendo la magia de su mundo la más primigenia de todas. El Arte, la magia que vive de la bruma, el misterio, y la voluntad de los magos, la magia que preña el lenguaje y la propia tierra, y tiene una vida independiente de la ciencia, la cual, sigue su propio rumbo.

Terry Goodkind, de origen humilde y aprendizaje dificultoso por culpa de la dislexia, la cual le hizo alejarse por un tiempo de aquello que convertiría en el centro de su vida a los 45 años, cuando publica el primero de los 24 libros que conformarían la saga principal de su grimorio creativo, ya que ha pergeñado no pocas obras además de la saga de La Espada de la Verdad, pero esa, es otra historia.



“La apacible vida de Richard Cypher se ve truncada por el brutal asesinato

de su padre. ¿Quién querría matar a un simple comerciante que no esconde

ningún secreto? ¿O es que tenía alguno? ¿Está su muerte relacionada con el

extraño libro que trajo de uno de sus viajes y que hizo aprender de memoria

a su hijo Richard? De ser así, éste también corre peligro. La búsqueda del

asesino se convierte en una carrera contra el tiempo para salvar todas las

tierras conocidas del dominio del mal. Para hallar respuestas, Richard

deberá sacar a la luz emociones que ha reprimido durante mucho tiempo y

confiar tanto en los viejos amigos como en los nuevos. Pero nadie es quien

dice ser, ni siquiera él mismo.”

-Sinopsis del primer libro de la saga de, La Espada de la Verdad.


Ahora mismo estamos pasando por una etapa en que la magia de los mundos fantásticos son en esencia un sustito de la ciencia. Magos que en realidad son científicos, grimorios que intentan ser tratados de ingeniería, torres de hechicería/universidades renacentistas o, criaturas mitológicas que deben ser viviseccionadas cual manual de rol. Consumo esta clase de fantasía medieval como tantas otras y la disfruto, pero no es mi favorita. Son etapas, y ahora la fantasía medieval está pasando por esta, y dentro de unos años será otra. Curiosamente, y esto nos debería llevar a reflexión, los títulos más vendidos en primera división se valen mucho más de la magia en su concepción primigenia ligada a la memoria humana. Os sonarán si os gusta la fantasía títulos como: Canción de Hielo y Fuego, la Saga de Geralt de Rivia, Mundodisco o Harry Potter. Todos estos títulos de público masivo no se apoyan en la magia, los humanos de sus historias, sí.

Terry Goddkind, creía en la magia como marco para sus historias, pero tenía muy presente quiénes debían ser el centro del baile; un baile donde nadie pudiera robar una escena de manera deshonrosa. También conocía el poder del lenguaje, las palabras y su sonoridad, algo indispensable en El Arte (como denominaban a la magia en la antigüedad… y muy acertadamente, Ed Greenwood en las novelas de su famoso mago, Elminster), si quieres crear la atmósfera adecuada para que la magia obre su milagro. Y vaya si lo crea. Su mundo tiene ese componente de lirismo élfico que tanto placer me produce al leer un libro de fantasía medieval.



Una pinta para Terry Goodkind, que estará sonriendo desde la orilla del otro mundo mientras observa cómo la magia de su obra aún está viva.

Y también otra espumosa para ti, querido visitante incauto que por azar has llegado hasta este baldío.


¿Existe la Fantasía Medieval?

Entiendo que el ser humano suele querer clasificar y compartimentar aquello que no comprende con la esperanza de poder obtener una visión privilegiada del conjunto de las partes. Pero cualquier explorador inexperto del país de los elfos sabe que intentar comprimir su mundo en unas cuantas líneas o caracteres es inútil, digno de ser castigo con un baile alrededor de una hoguera hasta morir.

-Ilustración de Keith Parkinson-

Hace poco leí un artículo en el que te desgranaban el motivo por el cual según ellos la fantasía medieval no existe. En mi humilde opinión creo que dicho artículo (entro otros) cae en el mismo error que los mismos que intentaban desprestigiar la fantasía hace cien años, el clásico “eso por entonces no existía”, ridículo ¿verdad? Pero ¿Por qué?

Pues porque “la fantasía medieval” que estos creadores de contenido fans de los sistemas de magia, intentan desgranar (con mayor o menor éxito), no está atada a ningún periodo histórico concreto. Existen libros con ambientaciones muy convincentes que nos pueden llevar a este error y por eso a día de hoy tenemos que sufrir artículos sobre por qué la edad media no era como nos cuentan en Juego de Tronos. Son sólo vehículos, un vestido bonito por así decirlo, o un escenario pintoresco que capta nuestra atención, pero en ningún momento tratan de ofrecernos una clase magistral de historia. El solo hecho de pensarlo, lo siento, pero me resulta ridículo.

La fantasía medieval sí que existe. De la misma forma que las aventuras de los caballeros del rey Arturo sucedieron en una tierra que para nada tenía que ver con el mundo que sus autores conocían. Estos autores escribían sobre un ideal, un deseo, un ideal y un deseo sobre un mundo que nunca existió en ningún otro lugar más allá de sus corazones. La fantasía medieval es un pastiche, un ideal brumoso de una época que sólo tiene cabida en nuestra imaginación.

En esencia, esta clase de literatura parte de unas referencias que nos son comunes a todos. Nombres, ciudades, héroes y tragedias que nos resuenan de alguna manera en la memoria. Pero bueno, aun cuando desde mi punto de vista discutir si existe algo como la fantasía medieval es ridículo, siempre habrá alguien dispuesto a enseñarnos desde su trono de sabiduría, (hay que tener poca vergüenza) por qué la edad media no era como nos la cuentan en Juego de Tronos.

Un abrazo de oso y una pinta para todo aquel que se deje caer por este baldío

Defendiendo los Cuentos de Hadas

En un mundo dominado por los avances tecnológicos vertiginosos, donde las pantallas son templos y los algoritmos sacerdotes, algunos podrían argumentar que los cuentos de hadas han quedado relegados a un rincón polvoriento del pasado, obsoletos y sin cabida en nuestro mundo actual. Sin embargo, esta pobre perspectiva pasa por alto la riqueza y la eterna relevancia que estas historias poseen. Porque estas viejas canciones que se amontonan como la grasa bajo la axila de un troll, siguen teniendo cabida en una tierra de hormigón preñada de cables, reconfortando y ofreciendo las más de las veces, un necesario consuelo.

-Arte de Eugene Jaworski-

La imaginación es una de las muchas puertas que los cuentos usan para llegar a nosotros. Es un recurso invaluable que a menudo se ve amenazado por las agresiones que sufrimos en la era del scroll vertical. Los cuentos de hadas y sus vastas tierras nos brindan un espacio en el que la imaginación puede obrar maravillas sin restricciones. Nos ofrecen a nosotros, humildes mortales, la posibilidad de escapar de la cotidianidad y huir de las cadenas del mundo primario durante un espacio de tiempo limitado, ya que dichas tierras lejanas no parecen estar hechas para nosotros.

 Las viejas historias o incluso las nuevas que se construyen a partir de herramientas viejas, exploran emociones humanas profundas y complejas de manera que resuenan en todos nosotros. Desde el miedo a lo desconocido hasta la alegría de la victoria sobre la adversidad, estas historias capturan experiencias humanas esenciales. Esta conexión con el corazón humano es si cabe, particularmente valiosa en un mundo cada vez más desconectado emocionalmente. Los cuentos de hadas nos recuerdan que, a pesar de todas nuestras diferencias superficiales, compartimos un corazón común, enfrentamos desafíos y experimentamos triunfos similares.

Un abrazo de oso y una pinta para todo aquel que se deje caer por este baldío.

Larry Elmore: Maestro del Arte de la Fantasía

Larry Elmore es un nombre legendario en el mundo del arte de la fantasía. Su trabajo ha dejado una huella indeleble en la cultura geek y ha influido en generaciones de amantes de la fantasía, tanto en la literatura como en los juegos de rol. A lo largo de su carrera, Larry Elmore ha demostrado ser un maestro en la creación de imágenes evocadoras que capturan la esencia de la fantasía épica.

Larry Elmore nació el 4 de agosto de 1948 en Kentucky, Estados Unidos. Comenzó su carrera como artista comercial, creando ilustraciones para anuncios y catálogos. Sin embargo, su amor por la fantasía lo llevó a aventurarse en el mundo del arte de la fantasía, donde encontró su verdadera pasión.

Su gran oportunidad llegó cuando se unió al equipo de TSR, Inc. (hoy Wizards of the Coast), la compañía detrás de Dungeons & Dragons. Su arte adornó muchas de las portadas de los manuales y las cajas de juegos más icónicos de D&D durante las décadas de 1980 y 1990. Su estilo distintivo, que combinaba un sentido detallado del realismo con una narrativa emotiva, se convirtió en una parte integral de la estética de D&D.

Ilustraciones Emblemáticas

Larry Elmore es conocido por una serie de ilustraciones emblemáticas que se han convertido en íconos en el mundo de la fantasía. Algunas de sus obras más famosas incluyen:



«Red Dragon»: Esta ilustración, que presenta a un majestuoso dragón rojo acechando en su tesoro, es uno de los ejemplos más emblemáticos de la destreza de Elmore en la representación de dragones. Captura la majestuosidad y la ferocidad de estas criaturas míticas.

 


«SnarfQuest»: Elmore creó esta tira cómica que se publicó en las páginas de Dragon Magazine durante la década de 1980. La serie presentaba las aventuras de un personaje llamado Snarf en un mundo de fantasía humorística.


«Elvira, Mistress of the Dark»: Larry Elmore también es conocido por su trabajo en la icónica presentadora de terror, Elvira. Sus ilustraciones capturaron la belleza gótica y la irreverencia de este personaje.

Las portadas que Elmore creó para los manuales de D&D, como la tercera edición de «Dungeon Master’s Guide» y «Player’s Handbook», son ejemplos magistrales de su capacidad para representar mundos de fantasía vívidos y emocionantes.

La influencia de Larry Elmore en la cultura geek es innegable. Sus ilustraciones no solo han adornado libros y cajas de juegos, sino que también han inspirado a otros artistas y creadores a seguir su camino. Su capacidad para evocar emociones y contar historias a través de sus obras es una de las razones por las que su arte sigue siendo tan admirado y relevante en la actualidad.

En resumen, Larry Elmore es un maestro en el arte de la fantasía, cuyo trabajo ha enriquecido la experiencia de innumerables fanáticos de la fantasía y los juegos de rol. Su habilidad para crear imágenes que transportan a los espectadores a mundos de maravilla y aventura es un testimonio de su talento y su contribución duradera al género de la fantasía.

Un abrazo de oso y una pinta para todo aquel que se deje caer por este baldío.

 

Kull El Conquistador en Gorrion

Por alguna extraña razón el caudillo de Gorrion, Javier Carbonell, siempre reclama mi presencia cuando se decide a divagar sobre obras magnas como esta.

Que lo disfrutéis con en el atrezo reglamentario de purpurina y gomaespuma además de una buena cerveza a vuestro lado.

¡Escúchalo ahora! 🍻🍻🍻⚔⚔


La Dama del Lago

En los reinos míticos y legendarios, donde lo divino y lo humano se entrelazan, existe una figura que ha cautivado la imaginación durante siglos: la Dama del Lago. Apareciendo en numerosas tradiciones y leyendas de todo el mundo, esta enigmática figura se ha convertido en un símbolo de misterio, magia y sabiduría.

-Ilustración Louis Rhead-

Su figura ha aparecido en diversas culturas y mitologías a lo largo de la historia, pero es más conocida por su papel en las leyendas artúricas. En estas historias, la Dama del Lago es una figura mágica que otorga a Arturo, el legendario rey de Camelot, su espada Excalibur, un acto que simboliza la legitimidad y el poder del rey. En otras tradiciones, la Dama del Lago es vista como una entidad que habita en cuerpos de agua, como lagos y estanques, y que posee conocimientos y poderes mágicos.

Su conexión con el agua es de suma importancia. El agua, en muchas culturas, es un símbolo de purificación, renovación y vida. La Dama del Lago, como soberana de las aguas, representa la conexión entre lo espiritual y lo terrenal, ya que el agua es un elemento esencial para la vida y también un símbolo de lo desconocido y profundo. Su capacidad para otorgar la espada Excalibur, una poderosa reliquia, sugiere que también es una guardiana de la sabiduría y el conocimiento oculto.

En las leyendas artúricas a menudo es retratada como una guardiana de secretos y misterios. En su rol de consejera y proveedora de artefactos mágicos, se convierte en un vínculo entre lo divino y lo humano.

La Dama del Lago continúa siendo una figura icónica que evoca un sentido de misterio y maravilla en la mitología y la literatura. Su influencia perdura en nuestra comprensión de la magia, la sabiduría y el papel de la feminidad en las narrativas míticas. A medida que exploramos las leyendas y mitos que la rodean, nos sumergimos en las vastas aguas de la imaginación y la espiritualidad que personifica, recordándonos que en lo más profundo de lo desconocido, siempre existe la posibilidad de encontrar sabiduría y poderes mágicos ocultos.

Un abrazo de oso y una pinta para todo aquel que se deje caer por este baldío.

Tolkien y la Muerte

En el universo de Tolkien, la muerte es un tema recurrente que se teje con habilidad a lo largo de sus historias. La mortalidad de los seres humanos, en contraposición a la inmortalidad de los elfos y la longevidad de otras razas, es un elemento fundamental que da forma a la psicología y las acciones de los personajes. Esta brevedad de la vida humana otorga un sentido agudo de urgencia y significado a las acciones de los personajes, ya que saben que su tiempo es limitado. A menudo, los personajes de Tolkien enfrentan decisiones cruciales motivadas por la conciencia de su propia mortalidad.

La muerte física también juega un papel importante en la obra de Tolkien. La pérdida de seres queridos y camaradas es un tema recurrente que se aborda con una sinceridad conmovedora. Desde la trágica muerte de Boromir hasta la despedida de Aragorn y Arwen, las emociones humanas en respuesta a la pérdida son exploradas en profundidad. Tolkien comprendía la importancia de la muerte como parte inevitable de la experiencia humana y logró transmitir la complejidad de los sentimientos que surgen cuando los seres queridos se despiden para siempre.

La obra de Tolkien también presenta una visión única de la vida después de la muerte. A través de su creación mitológica, el autor sugiere que la muerte no es el final definitivo, sino un paso hacia un destino desconocido. El concepto del «Salón de Mandos» donde los espíritus de los muertos son llamados para recibir juicio y, posiblemente, redimirse, es un recordatorio de que la muerte no es el fin absoluto, sino un nuevo comienzo en el viaje espiritual.

En última instancia, la obra de Tolkien nos enseña que la muerte es un aspecto inextricable de la vida. No debe ser temida, sino aceptada como una parte esencial de la experiencia humana. A través de sus historias épicas, Tolkien nos recuerda que es precisamente la mortalidad lo que da significado y valor a nuestras vidas. La muerte, en todas sus manifestaciones, nos desafía a vivir de manera auténtica y a apreciar cada momento como un regalo precioso.

Así que, mientras exploramos los vastos y ricos paisajes de la Tierra Media que Tolkien creó, también exploramos nuestra propia relación con la muerte y la mortalidad. Nos invita a reflexionar sobre cómo enfrentamos la inevitabilidad de nuestro propio fin y cómo elegimos vivir nuestras vidas en su luz efímera.

-Los Puertos Grises- Alan Lee

Los Hijos de Húrin: Una Tragedia Épica de Amor y Destino

En el vasto legendarium de J.R.R. Tolkien, una de las historias más sombrías y conmovedoras es la de
«Los Hijos de Húrin». Esta epopeya, parte del rico mundo de la Tierra Media, teje una narrativa épica de amor, sacrificio y destino inexorable que ha cautivado a numerosos fans de Tolkien. A través de los personajes de Túrin Turambar y su hermana Nienor, «Los Hijos de Húrin» nos sumerge en una tragedia que nos hace reflexionar sobre el valor frente a la adversidad y la lucha incesante por la redención.

-Ilustración de Alan Lee-

Hijo de Húrin y Morwen, Túrin está destinado a enfrentar innumerables pruebas y desafíos, forjando su carácter en el fragor de la batalla y la oscuridad de la traición. Su espíritu indomable lo lleva a convertirse en un guerrero valiente y un líder incuestionable, pero también lo coloca en el camino de Morgoth, el enemigo supremo.

A través de los altibajos de su vida, Túrin experimenta la amistad, el amor y la traición. Su amor apasionado por Finduilas y su relación ambigua con su hermana Nienor añaden profundidad a su carácter atormentado. Túrin se esfuerza por escapar de la maldición que parece seguirlo sin descanso, pero sus esfuerzos a menudo parecen inútiles en un mundo donde las fuerzas oscuras conspiran contra él.

La historia de Nienor, la hermana de Túrin, es igualmente desgarradora. Separada de su hermano en la infancia debido a las circunstancias adversas, Nienor también es víctima de la maldición que acecha a su familia. Su destino se entrelaza con el de Túrin de manera trágica e inolvidable, dando lugar a uno de los giros más desgarradores en la historia de la literatura fantástica.

En última instancia, «Los Hijos de Húrin» es una epopeya que nos toca el corazón y nos hace reflexionar sobre las complejidades de la vida, el amor y el destino. A través de sus personajes atormentados y su narrativa poderosa, Tolkien nos recuerda que, en medio de la tragedia, el espíritu humano puede elevarse y encontrar la belleza incluso en la oscuridad más profunda.

Un abrazo de oso y una pinta para todo aquel que se deje caer por este baldío.

 


miércoles, 15 de mayo de 2024

El Equilibrio entre lo Etéreo y lo Mundano en la Fantasía

La narrativa humana ha sido moldeada a lo largo de milenios por la intersección entre la realidad tangible y el reino de lo intangible, donde los mitos han ocupado un lugar central. En la literatura fantástica, esta dualidad se manifiesta en la constante búsqueda de equilibrio entre la fantasía que explora lo físico y la que se deleita en todo aquello que se viste con los ropajes austeros de lo -etéreo-. Este contrapunto ofrece una visión compleja y rica del mundo, desafiando al lector a explorar los límites de la imaginación y la experiencia humana.

                                                              -Arte de Keith Parkinson-

Desde tiempos inmemoriales, los mitos han servido como espejos que reflejan los anhelos, miedos y aspiraciones de la humanidad. Estas narrativas, impregnadas de simbolismo y significado, trascienden lo meramente físico para explorar lo metafísico y lo espiritual. A través de los mitos, los seres humanos han intentado comprender el mundo que los rodea y su lugar en él, dando forma a conceptos fundamentales como el bien y el mal, el destino y la libre voluntad, la vida y la muerte.

Sin embargo, la verdadera magia de la narrativa reside en la capacidad de fusionar lo etéreo y lo físico en una sola historia. Cuando los mundos de lo tangible y lo intangible convergen, se crea una experiencia literaria profundamente enriquecedora. En estas historias, la fantasía se convierte en un vehículo para explorar temas universales de una manera que resuena tanto a nivel emocional como intelectual.

En un mundo cada vez más dominado por “expertos” y pantallas que funcionan a modo de templos, la importancia de los mitos en la narrativa contemporánea no puede subestimarse. Los mitos nos recuerdan la riqueza y la complejidad del alma humana, proporcionando un marco para explorar preguntas fundamentales sobre nuestra existencia y propósito. La fantasía nos ofrece una ventana a la imaginación, permitiéndonos escapar de las limitaciones de la realidad y explorar nuevos horizontes.

En última instancia, la interacción entre lo etéreo y lo físico en la fantasía refleja la naturaleza misma de la experiencia humana: una amalgama de lo mundano y lo trascendente. A través de los mitos y la fantasía, los escritores continúan desafiando al lector a explorar los límites de lo conocido y lo desconocido, proporcionando un espejo en el que contemplar la complejidad del universo y nuestra propia humanidad.


Un abrazo de oso y una pinta para todo aquel que se deje caer por este baldío.

                                                             
                                                               -Arte de Keith Parkinson-


 

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Por un crítico anónimo que insiste en que los efectos especiales no importan si la capa ondea lo suficiente. Hay algo maravillosamente recon...