miércoles, 8 de enero de 2025

Las Lenguas Inventadas en la Fantasía Medieval: Un Pequeño Glosario de Absurdos Lingüísticos

Esas gloriosas y completamente incomprensibles construcciones lingüísticas que se encuentran en el corazón de los universos de elfos, enanos, y algún que otro mago que se siente particularmente seguro de sí mismo. Si no hablas en un idioma que suene como si estuvieras regurgitando una mezcla de arcilla húmeda y nombres de estrellas, ¿realmente estás haciendo bien el trabajo de crear un lenguaje de fantasía medieval? Yo diría que no.

Primero, hay algo profundamente encantador en cómo las lenguas ficticias en la fantasía medieval no tienen absolutamente ninguna razón de existir más allá del simple hecho de que, bueno, “debe haber algo misterioso y complicado sobre estos pueblos antiguos y sus tradiciones”. Si no puedes entender qué están diciendo, entonces es misterioso, por definición. Y si no puedes pronunciarlo, es complicado. Esto, por supuesto, lleva a una especie de desarrollo lingüístico que podría ser descrito como “dondequiera que hay elfos, siempre hay una regla gramatical oculta detrás de un arbusto, esperando a atraparte”.

Ahora bien, las lenguas en la fantasía medieval no son solo un pasatiempo para filólogos aburridos. Oh no. No, no. En el mundo de la fantasía, las lenguas son una forma de poder. Si sabes el lenguaje antiguo de los dragones, por ejemplo, puedes hacer que ese dragón trabaje para ti. ¿Y cómo? Bueno, no es tanto una cuestión de que el dragón entienda lo que estás diciendo, sino de que entiende lo que podrías hacer con ese lenguaje... lo que puede ser peligrosamente cercano a invocar un hechizo muy poco agradable, o, en su defecto, una oferta para una jarra de cerveza muy inoportuna.

Si echamos un vistazo a algunos de los idiomas más populares, encontramos ejemplos notables de lenguas que no solo sirven para dar autenticidad, sino para dar... confusión. Vamos a ver:

1.      El élfico (que nunca es sólo élfico): El élfico es el rey de las lenguas en la fantasía medieval, el orgullo de todos los elfos en todos los continentes. Pero aquí hay una pequeña trampa: hay varios tipos de élfico. Nadie, ni siquiera un elfo muy sabio y de 3000 años de edad, sabe exactamente cuántos dialectos existen. Y si le preguntas a un elfo “¿cuál es el idioma principal de los elfos?”, te mirará como si fueras un orco y responderá con un evasivo “depende del contexto”. Y entonces te llevará a un largo paseo por el bosque mientras te recita poesía elfica, solo para que no lo interrumpas.

2.      El enano (tiene demasiadas consonantes): Los enanos, por supuesto, tienen su propio idioma, pero es un idioma cargado de una cantidad tan abrumadora de consonantes que uno podría acabar teniendo una cita con el dentista solo de intentar decir una palabra. Las letras 'r' y 'k' dominan este idioma como si fuesen las reinas del imperio lingüístico, y el problema es que si no lo pronuncias bien, puede que termines insultando a un enano sin saberlo. Claro, podrías ir por el mundo diciendo “¡saludos, buen amigo!” en lo que crees que es un saludo respetuoso, pero en realidad acabas de llamarlo “gusano de caverna con mal aliento”. Pasa bastante.

3.      El idioma del dragón (una sinfonía de rugidos): El idioma del dragón es tan antiguo como las montañas y tan complicado como una receta para hacer pastel sin los ingredientes adecuados. Es más que un simple lenguaje; es una serie de rugidos, gruñidos y exhalaciones de fuego que se utilizan no solo para comunicarse, sino también para destruir pueblos, crear caos y, lo más importante, para asegurar que todos los dragones reciban la cantidad adecuada de respeto. El problema es que, por supuesto, si no hablas el idioma del dragón con el suficiente énfasis, puedes terminar accidentalmente pronunciando la palabra "fuego" cuando lo que querías decir es "qué tal, amigo".

4.      La lengua común (que es, irónicamente, todo lo contrario): El idioma que, se supone, todo el mundo entiende, desde los más rudos orcos hasta los humanos más educados. Pero, claro, no es tan simple. ¿Quién decide qué es común? Si un elfo y un enano están en la misma habitación, “lengua común” significa algo muy diferente para cada uno de ellos. Y a veces, simplemente, es más sencillo dar por hecho que las personas se entenderán por gestos, lo cual lleva a situaciones un tanto desconcertantes en tabernas oscuras donde nadie sabe realmente lo que está pasando.

En resumen, las lenguas inventadas en la fantasía medieval no son solo herramientas de comunicación: son un reflejo del mismo caos que gobierna ese tipo de mundos. Y como en todo buen caos, el mayor poder está en no entender nada en absoluto. Y si un buen hechizo de confusión lingüística puede ayudar a que tu historia tenga más capas de misterio, ¿por qué no?

Así que la próxima vez que te enfrentes a un libro de fantasía medieval y un enano te suelte un buen “khal’tok”, recuerda esto: lo importante no es lo que dice, sino cómo se siente al no poder pronunciarlo. ¡Porque en el fondo, la verdadera magia está en las palabras que no comprendemos!


Un abrazo de oso y una pinta para todo aquel que se deje caer por este baldío.

 

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